Me hiere retirar tu almohada
cuando no estás;
el vacío se desviste en
silencio,
la luz no hace juegos sobre la
cama
sino curvas de sueño
que me derrotan más que el
propio día.
Me hiere la firmeza de tu
almohada
si la dejo en su sitio;
la carencia de arrugas no delata
tu forma,
donde soy nave abandonada a ti.
Mi cuerpo se prolonga en tanto
espacio,
donde empequeñezco cuando me
abrazas.
Robo para mí, tu huella en la
almohada.
Saludos con el viento.